¿COMO AFECTA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL A LA VIDA?

¿Nos ayuda en la vida cotidiana? 

La presencia de Inteligencia Artificial en la vida cotidiana de las personas transforma sus hábitos de conducta y mejora su calidad de vida.

Poco a poco la IA se introduce cada vez más en nuestra vida cotidiana; en la casa, el trabajo y los espacios sociales que compartimos su presencia está transformando la manera en que nos comunicamos, trabajamos, convivimos, nos divertimos, nos transportamos, entre otras cosas.


¿Cómo nos afecta?

Cualquiera de nosotros podría levantarse en la mañana y no sentir el frío externo, gracias a que en nuestra cama y al interior de nuestra casa existe un termostato inteligente que de manera automatizada regula la temperatura, manteniéndola en un justo medio agradable.

Si al levantarnos aún no amanece, unos sensores podrían detectar nuestra presencia y encender una luz eléctrica cuya intensidad y tonalidad se graduarían de manera automatizada.

Suponiendo que fuéramos diabéticos, lo primero que haríamos al levantarnos sería revisar un dispositivo inteligente conectado a un sensor subcutáneo en el cuerpo, mediante el cual conoceríamos el grado de glucosa de nuestra sangre, que en caso de ser alto activaría una bomba de insulina integrada al dispositivo que a su vez dosificaría de manera automática esta sustancia.

Al entrar al baño, podríamos dirigir nuestra voz a un dispositivo ordenándole encender música, adecuar la posición del toilet a nuestro gusto, aromatizar el baño con algún olor agradable y bañarnos usando una regadera inteligente que a partir de sensores se mueve y expulsa o no agua, dependiendo de la parte del cuerpo que se encuentre cerca de ella, con lo que ahorraríamos agua.

Mientras nos vestimos podríamos darnos cuenta de que necesitamos una camisa o una falda nueva, así que tomaríamos nuestro Smartphone, nos meteríamos a una página web de ropa y con nuestra voz solicitaríamos ofertas de camisas y faldas, que nos serían enviadas casi de inmediato, informándonos precios y opciones de envíos.

Después podríamos bajar a la cocina, abrir el refrigerador y constatar que tiene todos los alimentos que necesitamos; gracias al uso de sensores y software conveniente, un frigorífico inteligente detecta cuándo un alimento está a punto de terminarse y en ese momento envía un mensaje automático a una tienda solicitándole el alimento faltante, para que la tienda surta el pedido cuanto antes.

En el momento de elegir nuestro desayuno podríamos activar un sistema de inteligencia cognitiva con el que sería posible interactuar mediante la voz, pidiéndole una de las miles de recetas que puede elaborar, así como las dosis exactas de los ingredientes y la forma de prepararlos. Después de desayunar podríamos checar el sistema inteligente de residuos para conocer el nivel de basura que posee nuestro contenedor, y saber cuándo pasará a recogerla el camión de la basura.

Después de despedirnos de la esposa(o) e hijos, podríamos dirigirnos a la puerta de la entrada y abrirla con nuestra huella dactilar o mediante una lectura de iris. Luego, podríamos subir a nuestro auto autónomo para ordenarle llevarnos al trabajo utilizando un navegador inteligente que le indicaría la ruta más corta y rápida; mientras el auto autónomo avanzara, semáforos inteligentes dispuestos con sensores depurarían el tránsito vehicular de las calles y avenidas.

Los ejemplos anteriores son sólo una pequeña muestra de cómo la IA penetra cada vez más nuestra vida diaria; y aunque existen mayores resistencias a acceder a la tecnología inteligente en el área del trabajo y los servicios en el hogar, su avance parece incontenible, sólo es cuestión de prepararnos y acostumbrarnos a obtener los beneficios que procura.

Los científicos consideran que la inteligencia artificial (IA) es una tecnología clave cuya aplicación es de esperar en todos los ámbitos de la sociedad. La IA puede mejorar la calidad de vida de muchas personas y ayudar a superar retos globales como el cambio climático o las crisis sanitarias.

En todo el mundo se está destinando ya mucho dinero al desarrollo de sistemas de IA. Esto demuestra el enorme potencial económico de la IA. Sin embargo, a medida que crece el uso de las aplicaciones de IA, también aumenta la preocupación, por ejemplo, por la importancia de valores humanos como la equidad, la libertad, la privacidad, la seguridad y la responsabilidad. En la actualidad, casi ningún otro desarrollo nos pregunta de forma tan clara y exhaustiva cómo queremos integrar nuestras capacidades técnicas en el contexto de la sociedad. Lo cierto es que esta tecnología ya ha cambiado profundamente nuestra vida cotidiana y seguirá haciéndolo.


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